La copa y el vino

Cualquiera de estas copas seguramente será magnifica si la escogemos adecuada al producto que vamos a degustar, así como la ocasión.

Si estamos en la toscana disfrutando del paisaje maravilloso con algún plato de la región y cualquier vino de la zona que por cierto son sorprendentes, seguramente la copa pasará a segundo plano ya que el fin no es analizar el vino sino disfrutarlo junto con todo el entorno.

Pero si estamos analizando un vino para distinguir calidad, estructura, armonía, cuerpo, espectro aromático, longevidad, evolución en barrica, etc., seguramente necesitaremos una copa de calidad con un delgado espesor para que no interfiera con la percepción del vino y poder analizar todas esas características maravillosas que el vino nos facilita para su análisis y cualificación.

Esta semana tuve la oportunidad de recordar y volver a realizar, un ejercicio de cata para determinar cuál debería ser el diseño de la copa ideal para degustar un producto. ¿Pero como se hace esto?

En el mundo de las copas las podemos clasificar de muchas formas, pero una muy sencilla y práctica puede ser por la forma y el espesor. Cada tipo de copa tiene una forma especial que hará sobresalir los aromas característicos de cada tipo de bebida, por ejemplo, en el mundo de los vinos, nos ayudará a resaltar el tipo de uva de la cual está elaborado. Si la copa es amplia nos ayudará con los vinos de gran carga aromática, mientras los vinos que son más cortos en carácter aromático necesitaran copas ligeramente más cerradas para ayudarlos a su expresión.

Si los vinos tienen gas carbónico o espuma, podríamos necesitar copas altas y delgadas para evidenciar el tamaño de la burbuja que será determinante para la calidad de los mismos, aunque sabemos que hoy en día los espumosos gustan en copas más abiertas como para blancos tranquilos.

Por el lado de los destilados tendremos las copas más pequeñas con formas caprichosas y abultadas de la parte central, tratando de que en la parte superior sean largas y cerradas para expresar los sutiles aromas de elegantes destilados. Muchas de ellas como la copa tequilera de riedel es muy parecida a la forma que tienen las copas de espumoso, que son rectas y alargadas. Esta forma no es un capricho del productor si no, años de estudio y cata, es un minucioso examen analizando la forma más adecuada de la copa para percibir mejor el aroma del destilado, en este caso el tequila, para después realizar una producción de prueba para consolidar la forma ideal para el producto y hacer una producción de calidad en serie como hoy la tenemos.

Esta semana tuve la oportunidad de recordar todo este proceso, probando un mismo vino en diferentes copas para poder determinar cual es el mejor diseño y que modificaciones se le tiene que hacer al boceto de la copa final, para que el último producto a degustar, tenga la mayor y más compleja expresión, todo un lujo que posiblemente en el futuro podrán experimentar particularmente con la copa creada específicamente para uno de los vinos más importantes del país y seguramente el más icónico que se haya creado en nuestro suelo.

Para esta experiencia contamos con una gran ayuda de la innovación tecnológica de las copas riedel, que entre sus diferentes líneas de tecnología, tiene una gama con el nombre de performance. Esta copa tiene ligeras estrías internas que hacen que el vino exprese sus características de una forma exponencial, con el simple hecho de un impacto óptico luminoso, que se evidencia en el momento de agitar la copa y percibir el formidable espectro aromático que puede desplegar, vale la pena probarlas como una de las mejores experiencias que pueden encontrar hoy en día en el gran mundo de las bebidas.

Una buena copa siempre hará mucho más interesante la experiencia de tomar y analizar vino.

Un abrazo
Jesús

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Jesús Díez
Químico / Enólogo / Viticultor Columnista, Conductor de TV, Radio y Catedrático. Director de la Escuela de Vinos, JESUSDIEZ/VINICULTURA
Jesús Díez® / 2024

El vino es pasión en una botella