BOTELLAS Y VINO

Por Jesús Díez

Hace 5 mil años empezamos a trabajar el vidrio. Ya para el año 200 a.C. modificamos su técnica con el soplado a caña, dando lugar a las primeras botellas de vidrio. Desde entonces estas han sufrido modificaciones tanto en su química como en su forma dando lugar a las modernas botellas que hoy tenemos.

Las botellas modernas tienen una composición de arena de sílice, carbonato de sodio, caliza, y algún mineral que le proporciona el color característico que pueden ser oxido de hierro (Azul-verdoso), azufre-hierro y carbono (Ámbar-negro), cobalto (azul), magnesio (violeta), pero todas estas tonalidades tienen un fin ultimo que es proteger a las botellas de vino de los rayos ultravioleta que emite el sol por absorción de estos rayos. Este espectro lumínico del UV (100-400 nm) afecta directamente a los colores rojos en la naturaleza como los antocianos en los vinos tintos generando una foto-asimilación alta de UV entre 8-10 lo que hace que los átomos se degraden perdiendo el color gradualmente o degradándolos a un color menos absorbente como el naranja.

Otro de los grandes valores que tiene las botellas hoy en día es su peso o estructura de vidrio. Mientras más pesadas sean las botellas de vidrio quiere decir que más material se ha utilizado en su composición y por consiguiente el precio será más elevado lo cual es perfecto para vinos de mayor valor. Esta nueva modalidad de botellas “pesadas” tienen un detalle técnico-físico. Que mientras más vidrio tenga la botella la concavidad del fondo de la botella debe ser más grande para resistir cualquier golpe contra las superficies. Esa concavidad no es para el sedimento o para servir la botella es un detalle estructural de la botella para que no se rompa.

Existen botellas que no tienen coloración siendo transparentes y dejando ver la tonalidad del vino como detalle de marketing. Estas botellas son adecuadas para los vinos blancos que no tienen pigmentación roja y que la absorción UV es baja y para los vinos rosados que si tienen afectación de los UV pero se deben consumir rápido con lo cual no se ven afectados al tiempo por esta causa.

Finalmente, la forma de la botella ha variado durante los años, adoptándose las botellas con hombros para burdeos “bordalesa”, sin hombros en borgoña “borgoñesa”, la tipo flauta “alsaciana”, aquella que resiste presiones “champañera” por dar algunos ejemplos tradicionales. Hoy en día las botellas son mas modernas con forma troncocónicas, amorfas, con cuellos altos, redondas de fondo o con mucho vidrio como referencia. Pero todas ellas deben de tener una coloración verdosa, azul, o negra para hacer un filtro efectivo sobre los ultravioleta. Estos adelantos llegan hasta los vidrios de las cavas donde guardamos los vinos los cuales tienen un filtro UV que evita el paso de esta radiacion siendo en algunos casos del 90% de filtración evitando así que los vinos evoluciones hacia colores no deseados o que alteren la evolución del vino con sedimentos a corta edad por polimerización de taninos y antocianos. Ahora ya sabemos algo mas de las botellas.

Un abrazo

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Jesús Díez
Químico / Enólogo / Viticultor Columnista, Conductor de TV, Radio y Catedrático. Director de la Escuela de Vinos, JESUSDIEZ/VINICULTURA
Jesús Díez® / 2024

El vino es pasión en una botella